"Casa de muñecas", una obra que busca desestabilizar el patriarcado aún reinante.

Entrevista a Marcelo Díaz, director de Casa de muñecas.

Destacado / 9 enero, 2019 / Marcelo Hernández / La República

“Soy un director que sabe muy bien lo que quiero, pero doy libertades a los actores”, sostuvo el director que tiene 125 puestas en escena en 36 años dirigiendo. Marcelo Díaz

Tras varios años sin escenificarse en nuestro país, el próximo sábado 5 de enero, en el marco de la temporada 70 del Teatro El Galpón, se estrenará la obra “Casa de Muñecas“, de Henrik Ibsen, con la dirección Marcelo Díaz.

Recordemos que esta obra que vio la luz por primera vez en 1880, sigue la historia de Nora, una mujer que vive aparentemente feliz, como madre de tres hijos y esposa de Torvaldo, a quien oculta una deuda que ha mantenido en secreto para salvar a su marido.

Al descubrirse la verdad, Nora, humillada por su esposo, decide abandonar el hogar y da un portazo, símbolo sobre el que se ha reflexionado extensamente ya que abrió un camino por los derechos de las mujeres y por la igualdad.

Es considerada por algunos, la primera gran obra feminista ya que marcó en su momento un punto muy necesario que ayudó durante el siglo XX a impulsar la lucha por la equidad de género.

Marcelo Díaz propone ubicar este drama social familiar en un mundo contemporáneo, en el cual la mujer lucha por su emancipación y se resiste a ser tratada como un objeto de su marido.

Esta pieza tendrá funciones sábados 21hs. y domingos 19.30hs. y va en la Sala Atahualpa de El Galpón. Entradas en venta enTickantel (RedPagos, Abitab, Tienda Inglesa y tiendas Antel) y en boletería del teatro (en el teatro desde el 2 de enero). Actúan Estefanía Acosta, Pablo Robles, Camila Cayota. Marcos Zarzaj y Massimo Tenuta.Escenografía: SantiagoEspasandín. Vestuario: Valentina Gatti y Magalí Millán. Iluminación: Sofía Epíscopo. Música original e interpretación en escena: Nadina Mauri. Producción Ejecutiva: Lila García. Asistencia de dirección: Marcos Acuña.

Para saber más sobre el director invitado y acerca de su innovadora puesta en escena, LA REPÚBLICA dialogó, a metros de donde este 5 de enero se estrenará la obra, con Marcelo Díaz.

¿Cómo se dio tu vinculación con el arte, y especialmente con el teatro?

-Nací en Buenos Aires, y allí estudié interpretación, pero me di cuenta que yo no era para el espectador. No había ningún familiar vinculado con el arte y siempre me pregunto cómo caí en eso. Estaba estudiando Sociología y vino la dictadura en mi país y los militares cerraron todas las carreras humanitarias, por lo que me quedé en calle sin saber que estudiar. En eso pasó un amigo mío y me invitó a hacer teatro en las villas, a hacer Brecht. Y me prendí. Ensayábamos en un lugar donde había una escuela de teatro y me anoté, y me dediqué apasionadamente a este arte.

¿Te fue despertando la vocación en paralelo que te ibas formando?

-Así fue. Y terminé interpretación con Raúl Serrano y después dirección con Jorge Hacker. A los 26 años me recibí de director con un saínete `El debut de la piba`y me fui a vivir a Alemania. Primero por un año y me quedé para siempre. En ese momento estaba en pareja con una alemana. Llegué allá con la idea de hacer asistencia pero ningún director que me interesaba trabajar me dio la chance. Eso fue en 1982, cuatro meses antes de Malvinas. Entonces me puse a dar clases de teatro y arme un grupo independiente, y me vieron de teatro oficiales y me empezaron a contratar, y en estos 36 años de carrera, llevo 125 puestas en escena, lo que es una barbaridad, POR TODAS Alemania, Austria, Suiza, España, Bolivia, Argentina y Uruguay. Y ya nunca volví. Luego de 16 años en Alemania, me fui a Zurich, a dirigir y dar clases en la Universidad. Y hace 16 años que estoy en Madrid. También dirigí mucho, pero desde la crisis estoy dando clases allí y en Valencia. Y voy a dirigir obras en Alemania. Y Ahora surgió esta oportunidad en Uruguay.

¿El cambiar de países te da un aire a tu visión del mundo y como director?

-Sin dudas. Te abre aún más la cabeza salir del circulo donde te movés mucho, y te renueva como creador. Vuelvo cada tanto a mi país con el cual tengo un nexo emocional. Igual en Alemania tienen una organización que no querés salir más. Hay un apoyo enorme a la cultura.

¿De esas 125 puestas, hay algún autor que predomina?

-Siempre digo que conozco pocos directores que tengan un repertorio como el mío. Nunca me especialicé en ninguno. Tengo idilios con Shakespeare y Chejov, que son antagónicos, uno del mundo, de las grandes historias, y el otro con las cosas mínimas, ordinarias. Hago ópera, clásicos, para niños, posmoderno. Pero los dos que nombre me vuelven loco y son un desafío enorme. En Alemania hay 120 teatros oficiales, con su compañía fija, y es difícil poner un clásico, por ejemplo al mismo tiempo deber haber 20 Hamlet.

¿Cómo vivís con la crítica?

-No voy a decir que no me afecta, pero cada vez me afecta menos. Cuando era joven, la primera úlcera fue por una crítica. En Alemania la crítica es feroz.

¿Qué versión hiciste de esta “Casa de Muñecas” de Ibsen?

-Nunca la hice y era un pendiente en mi carrera. Conozco mucho el texto, lo usé para seminarios. Me parece una belleza. El tema parecería no ser actual, pero es más actual que nunca. Se estrenó en Alemania, en Hamburgo, y la prohibieron porque era la primera vez que una mujer abandonada a un hombre. Era un escándalo. En la España de Franco solo se podía hacer si Nora, la protagonista, volvía en el final. Toca los cimientos del patriarcado y los desestabiliza. Me parecía en esta época del movimiento feminista, del `Me too`, tiene mucha cabida, si uno no la hace como una pieza de museo.

¿Cómo la cultura influye más que otras cosas que uno piensa que serían “más importantes”?

-Le tiene mucho miedo a la cultura los gobernantes. No sé si la sobrevaloran, porque a veces parece que no ha cambiado tanto. Si genera un pensar, analizar lo que está pasando y despierta la idea de cambiar. La cultura acompaña los movimientos latentes de la sociedad, y todo se va juntando.

¿La propuesta fue tuya o desde el teatro?

-Fue mía. Estaba acá en Montevideo. Y a la dirección le gustó. Me dijeron que hacía tiempo no se hacia acá. No hubo idas y venidas, y más cuando vieron cual era mi idea que conectaba con lo que pasa hoy. Igualmente agarro el texto original y modernizado el idioma. No es mi versión, es mi puesta en escena. No quiero que la gente sienta que estamos hablando de algo que paso hace 150 años. Quiero mostrar la actualidad de esta obra. Que tiene que ver con la preponderancia de lo masculino, hoy en día hay una imposición económica, porque sus ingresos le `dan el derecho` para elegir donde vacacionar y demás. Y el poder hace que el otro, ceda, sin darse cuenta a veces. Y en esta obra Nora se va porque no puede cambiar y proponer un nuevo proyecto.

¿Cómo tomaron los actores tu propuesta?

– Cuando se enteraron de que iban a hacer esta obra tenían dudas de su actualidad, pero cuando les conté lo que quería hacer, genero un gran entusiasmo. Ellos están muy convencidos de este proyecto. Si el capitán no logra convencer a sus marineros, el barco se hunde. Estamos trabajando muy bien. Además soy un director que sabe muy bien lo que quiero, pero doy libertades a los actores. Se lo quiero contar en esta escena y le doy un margen. Pueden proponer dentro del concepto que quiero. Los actores tienen buena madera. A veces mi ritmo es vertiginoso, porque así es en Alemania y acá hay algunos les cuesta, pero llegamos bárbaro. No tengo excusas, porque si no sale bien, el factor tiempo no es la causa.

¿En qué crees que se va a ir pensando la gente cuando termine de ver la obra?

-Puede generar una reflexión sobre qué tipo de relación establezco dentro de la institución familiar. Cada uno lo tiene de una manera. Hay tendencias muy diferentes.

La comunicación es un problema grave en las parejas de hoy. Investigué al respecto y las parejas no se hablan, y ni siquiera sobre cosas esenciales.

Los temas quedan boyando y después es muy difícil abordarlo si nunca se loes abordo. Espero una reflexión sobre qué tipo de relación establecida tengo.

¿Has puesto de tus experiencias?

-Inevitable. Y me hace reflexionar a mí sobre mis relaciones. Me sirve mucho.

¿Qué características particulares tiene esta puesta que no has dicho y te gustaría destacar?

-Tengo una chica con una guitarra eléctrica en vivo que acompaña la protagonista. Además canta. Quería que fuera una cómplice de Nora en escena. Que muestre sus lamentos, sus alegrías, a través de la música. Es su alma. Ambiente la escena en vivo.

Además elegí como escenografía la cocina, como lugar emblemático. Es muy moderna, es un loft. Es una mesa larga de 5 metros, Todo sucede allí. Se acuestan, cocinan, comen, dialogan. Tengo entradas muy largas. Busco interpretación supernatural.

EL DATO

El director Marcelo Díaz – argentino, emigrado en 1982 – completó la formación iniciada con Raúl Serrano y Jorge Hacker en escuelas teatrales de Polonia, Rusia, Italia y Suecia, para radicarse en Múnich, donde a los pocos años logró convertirse en un nombre de referencia en el teatro para niños y jóvenes. Trasladado a Zúrich, fue durante varios años catedrático de la Escuela Superior de Teatro de esa ciudad y director artístico del Theater an der Sihl.

Hoy vive en Madrid, más cerca de sus orígenes, pero sigue repartiendo su tiempo entre puestas en escena y seminarios en Alemania y en Suiza. Realiza más de 100 puestas en escena en Múnich, Berlín, Viena, Zúrich, Montevideo, Madrid, etc. Con el Galpón montó el espectáculo `Puck de una noche de verano` en 1995.

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